El palacio Real de Madrid, el palacio del primer Borbón

El palacio Real de Madrid, el palacio del primer Borbón. El palacio Real de Madrid está edificado sobre el solar del primitivo castillo musulmán, que después fue un suntuoso alcázar y posteriormente  ampliado por los primeros Austrias.

El palacio Real de Madrid, el palacio del primer Borbón

Un incendio en el año 1734 destruye este antiguo alcázar con todo lo que albergaba en su interior, Felipe V, el primer rey Borbón de España, se plantea la construcción de un nuevo palacio más al gusto francés que sustituya al austero de la dinastía anterior.

El palacio Real de Madrid, el palacio del primer Borbón. Un palacio sobre el antiguo Alcazar árabe

El proyecto definitivo del palacio Real de Madrid es encargado a Juan Bautista Sacchetti, que presentó un proyecto modesto y muy económico al gusto del monarca. Las obras se inician en el año 1738 y en diciembre del año 1763, Carlos III se aposenta en una parte del nuevo palacio.

El emplazamiento del edificio, junto a las fuertes pendientes que bajan al río Manzanares hicieron necesario construir una serie de contrafuertes y de muros de contención en forma de plataformas escalonadas con un sistema interior de abovedamientos. También se instaló un enorme zócalo almohadillado y en talud que hace que las caras norte y de poniente sean las más bonitas, rodeadas además por los hermosos jardines de Sabatini y por el campo del Moro.

Todo el palacio se realizó en piedra granítica de Guadarrama y piedra caliza blanca de Colmenar viejo por temor a un nuevo incendio, todavía en el recuerdo de los constructores. La piedra se empleó para los paramentos lisos y la caliza en las columnas, pilastras, antepechos y balaustradas.

El estilo constructivo es un barroco mitigado según palabras de Sáinz de Robles y también un neoclásico con alardes barrocos. La planta es cuadrangular resaltada en los ángulos y cuenta con un gran patio central.

El alzado tiene un basamento almohadillado con muros de hasta 4 m de espesor en los que se abren las ventanas del primer piso. Sobre él, un cuerpo superior con columnas jónicas en los ángulos y pilastras dóricas en los paños intermedios, entre las que se abren las ventanas.

Una gran cornisa volada remata el edificio sobre la que corre un ático con balaustrada en trozos separados por 108 pedestales sobre los que se tenía la intención de instalar estatuas de todo los reyes de España desde Ataulfo, que hoy adornan los jardines de Sabatini, la plaza de Oriente, el retiro, la glorieta de pirámides y algunos parques de otras capitales de provincia.

La tradición cuenta que fue la reina Isabel de Farnesio quien, después de haber soñado que las estatuas se le venían encima se opuso a que permanecieran instaladas en sus respectivos pedestales ordenando su descenso a las calles.

La fachada principal, la sur, tiene una triple portada con pórtico que da acceso al gran vestíbulo, en cuyo lado derecho se abre la escalera de honor, obra de Sabatini, de tipo imperial y tres ramales con peldaños de una sola pieza cada uno, balaustrada y dos leones de mármol.

La fachada este tiene una única puerta, llamada del príncipe, con un portal que conduce al gran patio central que es la base de la disposición interna del edificio. Tiene treinta y nueve metros de lado y nueve arcos en cada cara, con pórtico sobre los que  corre una amplia galería acristalada.

La parte ornamental de escultura y relieves exteriores los planteó el padre Sarmiento por encargo del rey Fernando VI.

El palacio Real de Madrid  sufrió varias reformas bajo el reinado de Fernando VII, que posteriormente fueron subsanadas. Los arcos y dependencias que cierran la plaza de la armería por la calle de Bailén y los que dan al frente del campo del Moro son ampliaciones del siglo XIX.

Al interior destaca el salón de Alabarderos, con decoración de Tiépolo, con hermosos tapices flamencos del siglo XVI. También destaca el salón de las Columnas por sus dimensiones y la suntuosa decoración que le proporcionó Giaquinto. En el cuarto del rey Carlos III hay cuatro Goyas, en el salón llamado Tranvía hay pinturas de Velázquez y de Caravaggio. En el salón de Porcelanas las paredes y el techo están cubiertas por placas de porcelana de la fábrica del buen retiro. En definitiva la mayoría de las dependencias interiores albergan grandes obras de arte de todas las partes de Europa de los últimos siglos.

El palacio Real de Madrid, el palacio del primer Borbón. Un palacio sobre el antiguo Alcazar árabe

Fuente fotos: pinterest

®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa

El palacio Real de Madrid, el palacio del primer Borbón

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