Crimen y castigo, una leyenda de las calles de Madrid

Crimen y castigo, un leyenda de Madrid. En el número 109 de la calle Fuencarral de Madrid se produjo en el año 1888 un episodio que nos puede recordar a los actuales sucesos que ocupan los telediarios modernos.  Luciana Borcino, viuda de Vázquez, fue encontrada muerta en su casa. Las investigaciones de la época concluyeron que semejante crimen fue cometido por la empleada del hogar, que fue juzgada y castigada con la pena máxima.

 Leyendas de la villa de Madrid. Fuencarral 109, crimen y castigo

A partir de entonces surgieron multitud de rumores que ponían en duda la culpabilidad de la pobre empleada y que aseguraban que había sido un simple chivo expiatorio, o por lo menos que no era la única responsable de semejante crimen.

Leyendas de la villa de Madrid. Fuencarral 109, crimen y castigo

La causa judicial fue seguida con enorme atención por el pueblo de la villa que se dividía en opiniones opuestas.

Lo cierto es que al trascender el grueso de la instrucción judicial se sacaron a la luz aspectos de la vida de algunos personajes que no eran lo que parecían.

Concretamente se conocieron los trapos sucios del hijo de la viuda, conocido como el “marquesito”. Quien sabe si presionado por las circunstancias o porque siempre tuvo cierta tendencia al escándalo, al poco tiempo, el “marquesito” protagonizó una agresión a varios clientes de un bar en Vigo. También fue el culpable de tirar por la ventana a una mujer en una pensión en la calle Montera, donde residía. 

El marquesito acabó de fotógrafo en Ceuta, pero nunca se llegó a aclarar el asesinato de su madre, cuyos verdaderos culpables quizá no se conozcan jamás.

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