La energía fotovoltaica como sistema de ahorro en nuestros edificios

La energía fotovoltaica como sistema de ahorro en nuestros edificios. El futuro de la construcción de obra nueva y el mantenimiento de los edificios ya construidos se centra en la búsqueda de la eficiencia energética a partir de instalaciones más eficientes y sistemas constructivos mejor optimizados y con un menor coste productivo desde el punto de vista medioambiental.

La energía fotovoltica. Un sistema alternativo a la producción de energía eléctrica en nuestros edificios

La energía fotovoltaica como sistema de ahorro en nuestros edificios. Dentro de los sistemas activos de un edificio, la producción de energía resulta de los más difíciles de resolver, sobretodo cuando nos referimos a la generación de electricidad. Casi uno de los únicos sistemas viables actualmente a media y pequeña escala es la energía fotovoltaica, aunque sigue resultando poco rentable y difícil de gestionar debido a la gran cantidad de trabas normativas que imponen las distintas administraciones, sin olvidar los inconvenientes técnicos de este tipo de sistemas.

La energía fotovoltica. Un sistema alternativo a la producción de energía eléctrica en nuestros edificios

Existen tres tipos de células fotovoltáicas basadas en el silicio y ordenadas de mayor a menor rendimiento: silicio mono cristalino, silicio poli cristalino y silicio amorfo. En realidad, el precio del kilovatio instalado es prácticamente el mismo en las tres opciones, sin embargo varian los requerimientos de superficie para producir la misma cantidad de energía, así como las opciones estéticas para integrarse dentro de los edificios. Cada día aparecen nuevas alternativas, que incorporan las placas fotovoltáicas a distintos elementos constructivos tales como tejas, paneles de cerramiento, acristalamientos y ventanas, etcétera.

En España, los paneles tienen un buen rendimiento, y la producción media de energía eléctrica puede estar entre los 180 y los 273 kwh/m2 año para instalaciones dotadas de sistemas de seguimiento de la trayectoria del sol. Estamos en aprovechamientos entre  el 12 y el 18% de la radiación solar recibida sobre 1 m². Los datos nos demuestran que sería posible cubrir perfectamente la demanda energética de la mayoría de nuestros edificios, aunque en realidad este tipo de sistema son un poco más complejos, ya que los momentos de máxima demanda no son los de máxima producción.

Es este hándicap lo que hace que las energías renovables sean una alternativa muy difícil de gestionar, ya que,  ¿cómo podemos resolver la diferencia entre la demanda y la producción?. Para resolver este problema necesitamos sistemas con inercia capaces de almacenar la energía sobrante, en el caso la energía fotovoltaica eléctrica, tradicionalmente la energía sobrante se ha cedido a la red de distribución general para recuperarla posteriormente.

La energía fotovoltaica como sistema de ahorro en nuestros edificios. La energía fotovoltaica a escala pequeña, para cubrir la demanda de los edificios, puede plantearse de dos maneras diferentes, o bien conectada la red general o como un sistema aislado. En el primer caso podemos producir la energía que queramos mediante los paneles, y la red actuar como regulador. En realidad el usuario no consumirá directamente la energía que produce, sino que la vende y la compra a la red. Éste ha sido el sistema mayoritario los últimos años en países como España, pero actualmente, las normativas han hecho que no resulte rentable comprar y vender la electricidad a la red.

El segundo sistema, el sistema de sistemas de energía fotovoltaica aislados, tiene el handicap de que la producción está limitada por la capacidad de acumulación. Actualmente, la única alternativa consiste en implantar sistemas de acumulación mediante baterías que puedan acumular la energía sobrante para utilizarlas posteriormente, sin embargo este tipo de sistemas puede resultar demasiado caros y ocupar mucho espacio. Si no utilizamos sistemas de almacenamiento individuales, nos veremos limitados a consumir solamente la energía producida en cada momento, por ejemplo, si nuestra demanda de energía alcanza sus picos en horas nocturnas y momentos poco soleados, quizás no tengamos potencia suficiente para cubrir nuestras necesidades si no utilizamos baterías de acumulación.

En conclusión, la energía fotovoltaica como sistema de ahorro en nuestros edificios se encuentra limitada por aspectos técnicos por un lado y normativos por otro. Quizás en un futuro cercano se puedan fabricar sistemas de almacenamiento individuales que puedan absorber la energía sobrante de manera que los edificios se auto abastezcan sin necesidad de estar conectados a una red que actúe como una gigantesca batería de acumulación.

Fuente foto: hdaniel

La energía fotovoltaica como sistema de ahorro en nuestros edificios

La energía fotovoltica. Un sistema alternativo a la producción de energía eléctrica en nuestros edificios