Las bicicletas eléctricas de Madrid, un fracaso anunciado.

Las bicicletas eléctricas de Madrid, un fracaso anunciado.

Hace más de un año escribimos un artículo referido a este tema. En dicho artículo nos alegramos por la iniciativa de la entonces alcaldesa de Madrid, Ana Botella, aunque ya expusimos nuestras dudas acerca de un sistema complicado como es el del alquiler de bicicletas eléctricas.

En su momento dijimos que, aunque la iniciativa era bien intencionada, había aspectos que no creíamos que estuviesen bien pensados, resumiendo en pocas palabras: Madrid, una ciudad sin ninguna experiencia en el uso de la bicicleta como transporte público, cuya administración se había negado a implantar un sistema de transporte en bici, sin infraestructuras y sin cultura por la bicicleta urbana, quería nada mas y nada menos que convertirse en el referente europeo de ciudades con servicio público de bicicletas. Es decir, empezar la casa por el tejado.

El sistema de alquiler de bicicletas eléctricas de Madrid, después de un año y medio de vida comienza a fallar por todos los lados

Pues sentimos confirmar que no nos equivocábamos al poner en duda la iniciativa del ayuntamiento ya que hoy por hoy, casi un año y medio después, el sistema de alquiler público de bicicletas en Madrid está resultando un desastre. ¿Por qué?

El sistema de alquiler de bicicletas eléctricas de Madrid, después de un año y medio de vida comienza a fallar por todos los lados

1-Como ya dijimos en su día, uno de los mayores problemas de este tipo de servicios es el vandalismo. De las 1600 bicicletas con las que cuenta el servicio, más de 800 están averiadas, ¿Y por qué se averían? Pues muy sencillo, en primer lugar porque se trata de sistemas complejos que nada tienen que ver con la tradicional bicicleta donde tú y sólo tu, aplicas la fuerza necesaria para el movimiento. Estas bicicletas, para ser todavía más complicadas de mantener, no sólo incorporan un sistema de motor eléctrico, sino también un sistema de GPS.

El vandalismo contribuye en gran medida a que el estado de estas bicicletas deje bastante que desear. Es muy tentador para algunos amigos de lo ajeno convertir estas bicicletas en una fuente de materiales reciclables y potencialmente vendibles, y el problema de la seguridad no es tan difícil de resolver, basta con hakear el sistema de seguimiento de la bicicleta (si es que no se ha estropeado el solito) o hakear las terminales de recogida.

2-A más complejo, peor funciona. No es que queramos recurrir al tópico de que los sistema eléctricos se rompen antes que los manuales, pero en este caso era previsible que esto fuese así. Una bicicleta eléctrica de las que el ayuntamiento de Madrid pone a disposición de los ciudadanos cuenta con un GPS, anclajes a estaciones informatizadas, un motor eléctrico y su correspondiente batería, un software de apoyo y para completar el complejo mecanismo, un sistema de cámaras en las estaciones de seguimiento que por lo visto no se usa por algún problema con ciertas normativas.

3-Mayor demanda que oferta. Ahora resulta que durante décadas los dirigentes de la capital española no estuvieron engañando. Muchos llevábamos años reclamando un sistema de alquiler de bicicletas público parecido al del resto de ciudades españolas o europeas y la respuesta era:

-En Madrid se suda mucho (….”y en Estocolmo hace frio”

-En Madrid hay muchas cuestas (….”también las hay en Barcelona”)

-A los madrileños no les gusta ir en bicicleta por la ciudad. (…”ahora resulta que España es un país sin cultura ciclista,….que se lo digan a Induráin, a Contador o a los cientos de ciclistas que llevan desde los años 70 saliendo todos los fines de semana por las carreteras del extrarradio)

Un buen día, a la entonces “lúcida” alcaldesa Ana Botella se le ocurre que va a implantar un sistema de alquiler de bicicletas público. Y como es más chula que un ocho panza abajo, no sólo va a promover dicho servicio sino que encima se va a poner a la cabeza del Europa y van a ofrecer bicicletas eléctricas (el no va más en el transporte urbano), un sistema no testado nunca y cuya viabilidad se la tienen que inventar en base a los consejos de cuatro listillos que lo más lejos que han ido en bicicleta ha sido a comprar el pan en la bici que le acaban de regalar a su hijo por reyes.

Si señores, esta es la verdad. El equipo de gobierno no se asesoró bien, no pidió consejo a las asociaciones de ciclistas y mucho menos se fijó en otras experiencias de ciudades vecinas (sin ir muy lejos, la misma Alcalá de Henares) ¿Para qué lo iban a hacer? Si ellos son los más listos.

Ahora resulta que la gente quiere bicicletas (debe ser que a los madrileños les ha entrado el gusanillo desde que saben que hay bicis eléctricas) y nos la hay, bien porque están rotas o porque nunca hubo suficientes (lo que es difícil de solucionar porque una bici eléctrica cuesta una pasta)

Así que no hay oferta para tanta demanda

Pero los problemas y las criticas no pueden acabar aquí. El mayor problema de este servicio es que si bien en su día los inteligentes, avispados y poco letrados políticos nos vendieron que el coste era similar a un sistema de bicicletas “normales”, ahora la realidad se muestra dura y contundente. Si, el coste era el mismo (nos lo vamos a creer), en el papel de la oferta, pero ¿cómo van ustedes a mantener el coste de un bicicleta eléctrica al mismo nivel que una bici normal durante tiempo indefinido? ¿Creen ustedes que las empresas son tontas? En su momento la empresa concesionaria oferta a la baja, pero ahora hay que continuar el servicio y veremos cuanto cuesta adquirir nuevos sistemas eléctricos.

Resulta que a Bonopark, la empresa concesionaria se le pagan 500.000 € al trimestre por unas teóricas 1600 bicicletas. Vaya, vaya,… con un poquito de ese dinero, a lo mejor le podemos pagar un billete a nuestros políticos de turno para ir a visitar una ciudad como Amsterdam o Estocolmo y que comprueben como funciona un sistema un poco más austero pero seguro que más barato y eficiente de sistema de alquiler de bicicletas públicas. ¡Sin comentarios!

Sabéis cual es el problema, pues el problema es muy sencillo. Una serie de políticos liberales que no tienen porque ser siempre del mismo partido que abandera esta ideología, han pensado que el ayuntamiento y la administración son su empresa y que por lo tanto hacen y dirigen como les da la gana (según ellos amparándose en el voto ciudadano) En su estúpida doctrina liberal que traslada las reglas de la empresa privada a un sistema de gestión público, olvidan muy frecuentemente una máxima de sector privado: si inviertes y arriesgas tu dinero, lo puedes perder, y si lo pierdes pagarás tú las consecuencias (o pierdes tu empresa o te despiden).

Nuestros políticos liberales hacen y deshacen, pero cuando la cagan (aeropuertos vacíos, autopistas sin tráfico, edificios sin uso, servicios fallidos, etc,etc…) no pasa nada porque el dinero no es suyo. Vamos, el sueño de cualquier emprendedor, yo pongo una idea, tu pones el dinero y si sale mal tu pagas pero yo sigo en mi puesto cobrando y pariendo más ideas, ideas, que por supuesto, no medito lo más mínimo porque no me arriesgo ni en lo personal ni en lo económico, así que según me levanto de la cama y dependiendo de la peli que haya visto la noche anterior, me invento un nuevo “juguete” , cuanto más caro y extravagante mejor.

Así nos va….La imagen habla por si sóla.

Las bicicletas eléctricas de Madrid, un fracaso anunciado.

El sistema de alquiler de bicicletas eléctricas de Madrid, después de un año y medio de vida comienza a fallar por todos los lados